TERCERA PARTE
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--Compañeros -comienza a hablar Aníbal-, he estado repasando los libros que poseo, y he hallado un punto que hemos pasado por alto en este debate y que pudiera, y de hecho nos dará la clave para salir de este atolladero en el que nos ha metido Francisco. Así que, todavía hay esperanza de reivindicar la doctrina protestante.
--¿Sí? Y ¿en qué consiste? -Pregunta Samuel.
--Cuándo los historiadores protestantes dicen y señalan que la Iglesia Primitiva se corrompió, adulteró la doctrina y se apartó de la verdad, indican y advierten que lo que se corrompe de la Iglesia de Cristo es la parte visible, la Iglesia invisible permanece intacta en aquellos que permanecen fieles al Evangelio auténtico.
--Sí, ahora me acuerdo -responde David un tanto eufórico-. Esta es una de las doctrinas que más deberíamos enfatizar. Y creo que será la que por fin derribará las pretensiones de los católicos.
--Sí. Muy bien, pero, ¿qué textos bíblicos hay que la respalden?
--¿Qué te pasa, Samuel? ¿No confías?
--Sólo estoy adelantándome a los católicos quienes te van a pedir pruebas bíblicas que respalden esta doctrina.
--Bueno. Creo haber encontrado un par de ellas. La primera es la siguiente: «Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo» (1Pedro 2, 4-5).
»Como podemos ver, Pedro dice y enseña que la casa es espiritual en la que se ofrece a Dios un culto espiritual. De esta verdad bíblica se deduce que la Iglesia verdadera de Cristo es espiritual o invisible. Luego, no hay problema alguno el admitir que la Iglesia Primitiva, en su parte visible, se corrompió. Ya sea ésta la iglesia católica que, al identificarse con el paganismo se aparta de la verdad o que de ella haya salido la iglesia católica, es prueba contundente de que el protestantismo tiene la razón.
»El segundo texto dice (Mateo 18, 19-20): «Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»
»Luego, si estos que se reúnen a orar en nombre de Jesucristo, independientemente de la denominación cristiana a la que pertenezcan, allí está Cristo, confirma que la Iglesia es invisible.
»Estos textos, como ven, explican con toda claridad las razones de la reforma protestante; luego, ya no tenemos que preocuparnos de las interpretaciones católicas y de su pretensión de ser la única Iglesia de Jesucristo.
--Bueno, ya veremos qué tan sólidos son y hasta dónde podrán llegar cuando Francisco comience a dar explicaciones, desde el punto católico de esos textos -aclara Samuel.
--De una cosa estoy seguro, si los católicos hallan una respuesta convincente a esta doctrina, y aclaran y defienden de modo incuestionable su posición, definitivamente voy a dar el paso de regreso a la Iglesia Católica.
--Ya verás Juan, que esta vez la cosa será del todo diferente -asegura Aníbal.
--Ya veremos.
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--Sí, es cierto -comienza Francisco-. La interpretación que le das a esos textos parecen dirigirse a respaldar esa línea de pensamiento; pero, como ya se ha demostrado en debates anteriores, si los protestantes no son infalibles (o sea, que pueden fácilmente errar, fallar, equivocarse...), es lógico pensar que tu interpretación posee una enorme probabilidad de ser falsa, luego no hay motivos ni fundamento por el que debamos de creerles. Tu interpretación está fundamentada sobre arenas movedizas.
»Además, si nos dejamos llevar por la falacia protestante de que, "lo que no está en la Biblia, no es verdad; tiene que estar en la Biblia para que sea cierto", ¿dónde la Biblia menciona que la Iglesia tiene que ser invisible, o sea, "la Iglesia es invisible"? Así mismo, con nombre y apellido, como nos exigen ustedes a nosotros los católicos. Y ¿qué otros textos tienes que refuercen esa interpretación? Porque lo que tenemos delante son unos textos, así interpretados, que apoyan, defienden y promueven la división, el desorden, la confusión y el caos en contradicción de lo que, a las claras enseña la Biblia en otros innumerables textos sobre la unidad de la Iglesia. Por lo que estos textos hay que explicarlos a la luz de todos los demás.
--¿No será al revés? -cuestiona y se defiende Aníbal-. ¿No será qué todos los demás textos hay que explicarlos a la luz de estos dos textos?
--Sí. Y ¿cómo lo harías? -interviene Cristal.
--Bueno... Más que hablar de la Iglesia Primitiva, según muchos de nuestros historiadores, hay que hablar de comunidades cristianas independientes unas de otras, pero unidas por el mismo Evangelio -trata de explicar Aníbal-. Y estas comunidades cristianas o congregaciones ejercían su propia autoridad. Eso es lo que se desprende del estudio de las primeras comunidades.
--A todas luces -aclara Francisco-, esa es la interpretación protestante de la historia de la Iglesia Primitiva, cuyo objetivo es defender y justificar el protestantismo y, con ello, la división y la anarquía de la fe, en otras palabras la verdad relativa en contraposición a la verdad Absoluta. Pero ello es indicio de la falta de seriedad y penetración en un estudio serio y sincero de lo que realmente enseña la Biblia y de lo que es la historia de la Iglesia.
»Cuando los protestantes enseñan que la Iglesia es invisible, según lo que he podido ver y entender, dan la impresión de que esa iglesia invisible es o constituye el Reino de Dios, la mera predicación del Evangelio o el Evangelio en sí mismo. Así se explicaría que todos los seguidores de Jesucristo y que creen en su palabra conformarían la Iglesia de Dios. Las divisiones serían algo accidental, lamentables y escandalosas, pero inevitables.
--Bueno. ¿Quién te asegura que no es así? Esa sería la interpretación más acorde y que mejor explican los dos textos por nosotros referidos -concluye Aníbal.
--Y ¿quién te asegura que tiene que ser así? -puntualiza Francisco-. Puesto que aquí estamos hablando de la unidad contra la división, la paz contra el caos, el orden contra la anarquía, la verdad Absoluta contra el relativismo que a todas luces es lo que se refleja en ambas posiciones. Y no te habrás dado cuenta, la posición de ustedes sale perdiendo y contradice la verdad bíblica de que Dios es Dios de orden, de paz y quiere que todos los hombres conozcan la verdad y en ella alcancen la salvación.
--Upss. Creo que a los protestantes se les quemó la chuleta y la fiesta se les aguó -dice Ana.
Risas.
--Eso crees tú -se defiende David.
--Bueno. Veamos otras razones y explicaciones que nos pueda dar la parte católica, y así dejar zanjada esta cuestión -recomienda Luis.
--Pues bien. Como ya dije, la idea de una iglesia invisible, según como lo puedo ver, consistiría meramente en la predicación del Evangelio, o la creencia y vivencia de dicho Evangelio por todos los cristianos, independientemente de la congregación a la que se pertenezca, en el anuncio del Reino de Dios. Luego, habría que ver si esta idea es apoyada por la Biblia o no.
»Como ya mencioné en otra oportunidad, la Iglesia que Cristo fundó la adquirió con su propia sangre, como lo leemos en Hechos 20, 28.
»Luego, hay que preguntarnos, ¿por quién Cristo murió y derramó su sangre? ¿Por el Evangelio?, no; ¿por el Reino?, tampoco, pues esta verdad es la que está llamada la Iglesia a anunciar y dar testimonio.
--Herejía. Blasfemo -se altera David.
--Puedes explicarte -interviene Samuel.
--Si me dejan terminar mi línea de pensamiento sin interrupciones, con toda seguridad que podré hacerlo.
»David, ¿por quién o quienes Cristo murió en la cruz y derramó su sangre?
--Por todos nosotros.
--Y ¿quiénes son todos nosotros?
--Los que hemos creído en Jesucristo. Bueno… también por toda la humanidad.
--Y ¿todos nosotros somos el Evangelio, el Reino de Dios?
--¡¿?!
--Yo entiendo que la consecuencia lógica de la obra de la redención de la humanidad es la predicación de esa Buena Nueva -explica Samuel-. El anuncio e instauración del Reino de Dios por medio de la Iglesia.
--Muy Bien. Luego, la Iglesia adquirida por la Sangre de Cristo, constituida por todos los redimidos es una sociedad humana de carne y hueso, no de ángeles, y como tal una sociedad visible constituida como el nuevo pueblo de Dios. Llamada, eso sí, a anunciar los valores del Reino y denunciar la maldad del mundo.
»Por consiguiente, la Iglesia no es la Buena Nueva, sino que ella, constituida por los hombres y mujeres redimidos por la Sangre de Cristo está llamada a vivir y anunciar el Evangelio e instaurar el Reino de Dios en
los corazones. Luego, la Iglesia es una sociedad visible, según la enseñanza de la Biblia unida en cuerpo, apostolado y credo o doctrina, y como tal no puede dividirse, siendo imposible y contradictorio a su naturaleza; y, por lo tanto, según la definición bíblica de unidad y las promesas de Cristo, jamás estará fragmentada en comunidades o congregaciones independientes, tal y como mal interpretan los historiadores protestantes para justificar su propia fragmentación, como si el Espíritu Santo fuera un Dios de desorden y no de paz, en contra de lo que enseña la Biblia.
»Luego, vuelvo y repito con la intención de dejar esto bien claro, la interpretación histórica que dan los protestantes es completamente errónea, del todo equivocada y anti-bíblica. E iré más lejos: la teoría protestante con relación a la Iglesia Primitiva es del todo diabólica, proveniente de Satanás con el fin de engañar a la humanidad (vean 1y2 de Timoteo 4,1ss.).
»Luego, la interpretación correcta a los texto utilizados por nuestros compañeros hay que interpretarlos a la luz bíblica de unidad en la Iglesia visible de Jesucristo.
»La verdad bíblica desarrollada en todo el Nuevo Testamento es que la Iglesia es una institución visible, porque la componen seres humanos; pero por ser también una institución divina porque su fundador también es Dios, su dimensión y dirección es hacia lo sobrenatural y espiritual. Es la Iglesia que es llamada a desprenderse de las cosas del mundo y dirigir su mirada hacia las cosas espirituales, hacia lo sobrenatural, hacia Dios por quien y para quien fue constituida. Y es esto lo que los textos que ustedes han utilizado para defender sus creencias lo que realmente quieren enseñar.
»Veamos por ejemplo el siguiente texto de Colosenses 3, 1-4: «Así, pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está oculta con Cristo en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos con él.»
»Luego, la construcción de nuestra vida de iglesia debe estar destinada a una vida espiritual en la que le ofrecemos a Dios, a modo de sacrificio espiritual, todas nuestras acciones y padecimientos diarios en y por Cristo.
»Y como la misericordia de Dios se derrama en todos los hombres y mujeres de buena voluntad, no es un inconveniente el que Jesucristo se deje sentir por quienes le invoquen, aun en aquellos que no pertenecen a su Rebaño. Y como Buen Pastor atraerá a los que así se unen en oración en su Nombre, a su único redil.
»Por eso, más que inconveniente, se hace necesario y urgente que todos los cristianos, unidos en oración en nombre de Cristo, pidamos al Padre el fin de este espantoso escándalo que es la división de los cristianos.
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--Para resumir lo que hasta ahora hemos visto es la enseñanza bíblica diré que todos los textos que hablan de la unidad, tomados en conjunto, globalmente, no aisladamente como sucede en el protestantismo, nos indican y señalan que la Iglesia fundada por Jesucristo es una y única, constituida como nuevo Pueblo de Dios y, como consecuencia lógica, conformando un solo cuerpo, en el que cada miembro como piedras vivas construimos la casa de Dios vivo para, desprendiendo nuestra mirada de las cosas materiales del mundo, la dirijamos hacia lo verdadero, lo sobrenatural y espiritual para ofrecer un sacrificio espiritual y agradable a Dios. Y, a pesar de que son muchos los miembros que conformamos la Iglesia, formamos una unidad de cuerpo, apostolado y doctrina constituyendo así la Iglesia visible para que el mundo pueda ver en Ella la magna obra de la Redención y el Evangelio de Jesucristo, el verdadero rostro de Dios...
»Como complemento recomiendo que lean, estudien y reflexionen en los siguientes textos: Mateo 5, 13-16, donde se indica que los discípulos de Jesús tienen que ser sal y luz para que el mundo, al ver sus buenas obras, glorifiquen a Dios; y este otro también de Mateo 13, 31-32, donde Jesús compara la Iglesia con una semilla de mostaza cuyo árbol, al crecer, pueden los pájaros anidar en él, pero para ello tienen que ver dicho árbol.»
--Hay un texto que no me has clarificado del todo y que desbarata esa tu interpretación; el que se refiere a Mateo 18, 20, y que dice así: «Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»
--Bueno, David, leete Juan 10, 16
Dice: “También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”
--¿A qué redil Cristo se está refiriendo?
--Bueno, según el contexto a su rebaño -indica Samuel.
--O mejor dicho a su Iglesia -aclara Cristal.
--Fíjense que el texto de Mateo 18 no indica que esa asamblea unida en oración en nombre de Cristo sea la Iglesia de Cristo, sino simplemente fieles, creyentes o simpatizantes que, reunidos en oración, Cristo se hace presente para manifestar sus bondades y su llamado a la unidad plena en su único rebaño.
»Cuando Cristo dice que tiene otras ovejas que no son de su redil, se sobre entiende que se refiere a aquellos que creen en él, que le conocen y le sirven, pero que, aún así no forman parte de su Rebaño, Congregación o Iglesia. Luego, es a ellos, quienes al unirse en oración Cristo está presente, les invita para que ingresen a su rebaño, para formar uno solo.
»Ahora bien. Los textos que nos señalan que Cristo quiso que su Iglesia fuera visible, y que les indique que leyeran, son los siguientes.
»En Mateo 5, 13-16 Jesús, usando metáforas para definir cómo tiene que ser la Iglesia manifestada en sus miembros, nos indica que ésta es como una ciudad edificada en un cerro que no se puede ocultar, o sea, la Iglesia edificada sobre las piedras vivas de los apóstoles y de Jesucristo como piedra angular de la construcción.
»Luego dice Jesús que no se enciende una lámpara para esconderla en un tiesto o guardarla bajo la mesa, sino que debe ponerse en un candelero para que alumbre a todos los de la casa; luego, así mismo la Iglesia de Jesucristo debe ser visible para que su luz ilumine al mundo, y los del mundo puedan ver en sus miembros, como lumbreras de santidad divina, las buenas obras del Reino para que Dios sea glorificado.
»Lean el texto, medítenlo y profundícenlo para que vean y descubran las riquezas y la grandeza a la que hemos sido llamados como lumbreras en el cielo de la Iglesia de Dios.
»Otro texto en el que Cristo utilizando la metáfora de una sermilla pequeña, en Mateo 13, que al germinal y crecer se convierte en un gran árbol, en cuyas ramas van a anidar los pájaros, nos indica que así ha de ser la Iglesia, como un árbol frondoso que sobresale de los demás y se deja ver por quienes quieren anidar en él y comer de sus frutos espirituales de santidad y salvación que son el culto espiritual, los sacramentos, las oraciones, y todos los medios de gracia que Dios nos dispensa, por los méritos de Jesucristo, a través y por medio de su Iglesia.
»Así, pues, tenemos dos textos poderosos que nos señalan e indican que la Iglesia de Jesucristo es y tiene que ser visible para que pueda cumplir la misión a ella encomendada.
»En tanto, los protestantes con su doctrina anti-bíblica de la iglesia invisible, se alejan radicalmente del verdadero Evangelio y de la voluntad de Dios. Pues, con ella fomentan la división y la anarquía, la confusión y el error, en una palabra, todo lo opuesto a lo que es la manifestación del Reino y su justicia. Con razón Cristo dirá de muchos: «no todo el que diga Señor, Señor, entrará en el reino de Dios, sino todo aquél que hace la Voluntad de mi Padre.» Palabras duras, pero verdaderas que deben dar de qué pensar.
--Yo te voy a decir una cosa, Francisco -se anima a decir Juan-, con todo lo que tú nos has dicho hasta ahora, entiendo que atrasar mi reingreso a la Iglesia Católica sería una ofensa contra Jesucristo y su Evangelio. Dime, pues, qué debo hacer para incorporarme a la Iglesia.
--Primeramente, esa noticia me llena de alegría, y supongo que también a Cristal y a Antonio…
--Eso es así.
--Lo que te recomiendo es que hables con el párroco de la iglesia de tu comunidad, hagas un acto de fe y una buena confesión para que puedas entrar a la comunión plena con la Iglesia, y, con ello, al verdadero redil de Jesucristo.
--Así lo haré. Y gracias, Francisco, por abrirme la mente y el entendimiento a la verdad.
--No a mí, sino al Espíritu Santo que obra en sus fieles.
--¡Ja! A la verdad que los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz -juzga Anibal-.
--A la verdad que los hijos de la división, el error y la confusión no son capaces de ver más allá de lo que les conviene, en contra de la verdad de la Biblia -responde Cristal-.
*** *** ***
--Y tú, Samuel, ¿qué estás esperando para dar el salto?
--No sé, Juan, todavía hay algunas lagunas que aclarar y resolver para poder dar un brinco tan enorme como ése.
--Bueno. Pregúntale a Francisco que él te despejará cualquier duda que tengas.
--Ya veré.
--Y qué, Juan, ¿ya ingresaste a la sinagoga de Satanás? -se acerca e interviene David.
--Cuidado, David, no sea que estés peleando contra Dios y te salga el tiro por la culata, siendo que tú pudieras estar auspiciando la obra del anticristo -se defiende Juan, mientra Samuel se queda pensativo.
--Qué opinas, Samuel. O es que también a ti el diablo te está convenciendo.
--Sabes, David -comienza a hablar Samuel-, al escucharte así hablando veo y entiendo porqué el protestantismo, sobre todo las sectas más fundamentalistas atacan tan despiadadamente a la Iglesia Católica.
»Tu actitud pone al descubierto las razones por las cuales surgió el protestantismo y las demás iglesias y sectas separadas, y el por qué éste se ha ido dividiendo en infinidad de ramificaciones: la soberbia.
»Y es la soberbia la que nos mantiene cerrados a la escucha de la verdad y no nos permite reconocerla donde realmente está, y si la reconocemos no la aceptamos. Y me incluyo a mí, pues reconozco que también en esto he fallado.
»Son personas como nosotros las que frustran e impiden el que el Evangelio de Jesucristo llegue al mundo entero como tiene que llegar: en la plenitud de la verdad.
--Bueno, Samuel, tú no tienes porqué continuar incluyéndote en esta lista -aclara Juan-, simplemente da el paso.
--Primero quiero aclarar algunas ideas. Después… ya veré.
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--Samuel -habla Francisco-, para beneficio tuyo y demás compañeros, voy a repasar rápidamente lo que ya hemos discutido en un debate anterior sobre la autoridad y jerarquía de la Iglesia. Pero esta vez lo voy a presentar de forma bosquejada.
»Lo enmarcaré dentro de tres preguntas claves parecidas a las que estoy utilizando para desarrollar este debate sobre la Iglesia, pero esta vez será con relación a la jerarquía.
»I. Si Cristo quiso y quiere una jerarquía.
»II. Si Cristo quiere para su Iglesia una jerarquía, ¿cómo debe estar constituida?
»III. ¿Con qué y para qué fin la estableció?
»Responder y dejar totalmente esclarecido esta doctrina nos dará otra clave para identificar cuál es la única y verdadera Iglesia de Jesucristo. Veamos.
»Para entender esta verdad hay que aclarar lo siguiente: Toda institución humana (gobiernos, corporaciones públicas y privadas, entidades cívicas y privadas, grupos y asociaciones en general --y todo esto en lo económico, deportivo, cultural, científico, social--) para que funcionen y mantengan su unidad requiere de un cuerpo gobernante o dirigente que organice, estabilice y mantenga el orden y evite así el relativismo y la anarquía.
»La Iglesia que Cristo fundó no es la excepción, como muchos pensarán. La Iglesia no es una sociedad de ángeles, sino de seres humanos con sus virtudes, pero también sus defectos. Y, como hemos visto, no es una institución abstracta (enseñanzas y formas de pensamiento y credo, como las demás religiones, aunque sí lleva en su interior todo esto), sino una sociedad concreta, formada por cada individuo que a ella ingresa como, preciosamente dice la Biblia, piedras vivas para constituir y conformar el único pueblo de Dios y único cuerpo de Cristo. Luego, la Iglesia, dejada a sí misma, sin un cuerpo dirigente que la guíe y dirija corre el peligro de resquebrajarse y fragmentarse hasta su total aniquilación.
--Sí, pero, para eso Cristo promete el Espíritu Santo -argumenta Aníbal-, para sostener y mantener a la Iglesia en la verdad plena del Evangelio.
--¡Ajá! Pero, ¿cuál evangelio y cuál verdad? Si los que componen la Iglesia no tienen una cabeza guía y visible que les muestre el camino a seguir, estos, tarde o temprano, comenzarán a tomar rutas diversas que los llevará a separarse unos de otros, con ideas e interpretaciones diferentes; y ello, a pesar de que el Espíritu Santo les inspire, cada quién tomará de la doctrina evangélica lo que mejor le convenga constituyéndose así, no una Iglesia unida, sino una anarquía y relativismo de la fe.
--Y qué pruebas tienes para sostener esa tu interpretación -cuestiona Aníbal.
--La evidencia más clara y contundente que poseemos actualmente es lo acontecido al protestantismo. Por más que digan que tienen la plenitud del Espíritu Santo, y con él el llamado Evangelio completo, la realidad es que la división y fragmentación, la confusión y el caos, el desorden y la anarquía es prueba infalible de lo que le pudo haber sucedido a la Iglesia fundada por Jesucristo en sus inicios de no haber tenido una jerarquía.
»Luego, ante esta realidad se hace evidente que Cristo, Dios de orden, haya querido para su Iglesia un cuerpo gobernante para evitar así tal desastre y caos. Veamos.
»a. Cristo elige doce hombres de entre el resto de los discípulos para una misión especial.
»"Entonces Jesús subió al cerro y llamó a los que él quiso, y vinieron a él. Así constituyo a los Doce, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, dándoles poder para echar a los demonios" (Marcos 3, 13-15).
»Sabemos que Jesucristo estaba rodeado por una multitud de discípulos a quienes estaba enseñando. Si Cristo no hubiese querido un cuerpo gobernante, simplemente se hubiese limitado a enseñar a sus discípulos y luego enviarlos a evangelizar. Pero no, vemos claramente que de entre ellos se escoge a un pequeño grupo llamado los Doce con quienes comparte de un modo especial, y a quienes les va a explicar el significado de sus parábolas.
»Son a ellos a quienes Cristo les comunica unos poderes especiales de atar y desatar (Mateo 18, 18), de perdonar los pecados (Juan 20, 19-23), para la celebración y continuación del misterio Pascual en la Última Cena (ICorintios 11, 23-26), y otros. Y son ellos los que llevan la predicación del Evangelio y los que toman las decisiones para el recto funcionamiento de la Iglesia. Vean, lean, estudien y reflexionen en los siguientes textos: Hechos 1, 15ss.; 2, 14ss.; 2, 42ss.; 4, 33; 5, 12; 6, 1ss.; 9, 26-27; y todo el capítulo 15 donde se ve claramente el ejercicio de autoridad de la Iglesia gobernante.
»Estos textos del libro de los Hechos, y otros más, tomados en conjunto, globalmente, lo que nos indica es que los apóstoles ejercían en plenitud una autoridad, guiando y dirigiendo a la Iglesia, y ellos a su vez guiados y dirigidos por el Espíritu Santo.
»Luego, Cristo sí quiso una Jerarquía para su Iglesia y el Espíritu Santo se encargó de irla conformando de acuerdo a las necesidades del momento.
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